A un mes de Nochebuena!

Más chocolate!

Se va acercando el fin de semana y me gusta ir pensando en algo nuevo para cocinar. Últimamente ando con las emociones muy a flor de piel, y me gusta complacerme con algo rico. Y que mejor para el alma que el chocolate!!!.

Me crucé con esa receta hace poco y promete ser magnífica. Algunas recetas me parecen geniales por varios motivos. Si los ingredientes son ricos, la gran mayoría los tenés habitualmente en tu casa, es fácil el procedimiento y sale siempre igual, es una receta para agendar. Y volver a hacerla una y otra vez, sobretodo cuando queremos agasajar a alguien, o simplemente tenerla como “caballito de batalla” frente a toda ocasión.

Esta torta es fácil de hacer. No necesitás saber grandes secretos de pastelería para que esta receta te salga perfecta y puedas sorprender a todos. Es una torta muy húmeda, de puro chocolate, equilibrada y suave. La hizo Olivier, uno de los franceses de La Boulangerie.

Para hacer esta torta necesitás;

250 grs de chocolate semiamargo

225 grs de manteca

7 huevos

100 grs de azúcar impalpable

60 grs de harina

20 grs de cacao amargo

150 grs de polvo de almendras

Derretir el chocolate y la manteca. Reservar. Separar las claras de las yemas. Con las claras y el azúcar impalpable hacer un merengue. Reservar. En un bol colocar el harina y el cacao.

Mezclás el chocolate con las yemas. A esta preparación de a poco vas intercalándolas claras y los secos. Cuando está todo integrado, agregás el polvo de almendras. Llevar a horno 180° por 30-35 minutos.

Esperar a que enfríe y espolvorear con un poco de azúcar impalpable.

Espero que la hagan y compartan con sus seres queridos. Comer siempre es una muy buena excusa para reunirse.

Mi lugar en el mundo

Hoy es un día muy importante para mí. Hoy empecé a concretar un proyecto, un sueño que tenía hace bastante y en el cual puse todo mi deseo y mi esfuerzo para comenzar a lograrlo.

Eso me hace pensar que cuando uno realmente desea algo, pero lo desea realmente de verdad, llega.

Antes creía que me importaban ciertas cosas, y pensaba que era mala suerte, que el mercado laboral es complicado, bla, bla, bla. Estaba equivocada, pero equivocada de dirección, insistiendo en algo que no era para mí, que cuando empezó, no sé bien siquiera por qué lo elegí. Es por eso que no avanzaba, porque yo no lo deseaba.

Hoy me siento orgullosa de haberme atrevido a dejar a atrás quien yo no quería ser, decidí que no quiero ejercer la profesión que durante tantos años estudié, sino que quiero pasar el resto de mi vida en una cocina. Porque ya no quiero sentirme dividida, entre lo que debo hacer y lo que quiero hacer. Por mi amor a la cocina, deber y el querer lograron reunirse. Pero porque el debo hacer, lo dicta mi deseo, lo debo hacer para poder ser feliz, porque es lo que quiero.

La cocina es mi lugar. Es en el lugar que elijo estar, porque me motiva, me apasiona, me divierte, me exige, me llena de felicidad.

Hoy me siento más libre, porque estoy empezando a ser, por primera vez en mi vida, fiel a mi deseo.

El almuerzo del domingo

En mi casa no somos muy tradicionales respecto a lo que se almuerza el domingo. Si hay pastas o asado es pura casualidad. Como soy yo la que cocino, generalmente hago lo que tengo ganar de comer. Y hoy quería pescado. Había comprado un mero en el Mercado, tenía plátano, que nunca había comido y me quedaban unos espárragos. Con estos ingredientes, hice este plato. Es rico y equilibrado.

Les paso la receta para que lo prueben. Claro que pueden utilizar otro pescado, como lenguado o salmón blanco que irían muy bien. Lo mismo que los vegetales, ya saben lo que opino que comer fuera de estación!

Mero 500 grs

Espárragos 1 atado

Panceta 150 grs

Plátano 1

Tomates secos hidratados 12 u

Ajo

Perejil

Nueces

Aceite de oliva

Sal

Pimienta

Blanquear los espárragos en agua caliente con sal. Cuando están tiernos, sacar y reservar.

Cortar el plátano en porciones de 2 o 3 cm y freír hasta que al pincharlos estén blandos. Retirar. Esperar a que se enfríen un poco, y luego, entre dos separadores de frezzer aplastarlos un poco y llevar a freír nuevamente.

Cortar el mero en porciones. Ponerle un poco de sal marina. Ponerle 3 o 4 espárragos y envolver el pescado en una feta de panceta. Llevar al horno sobre una rejilla por 20 minutos aproximadamente.

Para el pesto de tomates secos, ponés todos los ingredientes el mixer y procesás hasta obtener la textura deseada. Para decorar, le puse una ramita de tomillo.

Emplatar y listo! Parece un plato complicado pero la verdad es que no lo es. Sólo hay que ir coordinando lo que vas cocinando para que al armar el plato llegue a la mesa todo bien caliente.

Bon apetit!

Bajo cero

Cuando era chica en mi casa había una máquina de hacer helado. Recuerdo que era de aluminio o un material similar. Ahora podría venderse bastante cara en esas casas de deco palermitanas retro.

Un día hice helado de crema americana. Cuando estuvo listo, agarré una cuchara, y me lo comí todo sola!! casi me muero del dolor de panza! quedé tan asqueada, que al día de hoy jamás pude volver a tomar helado de americana.

Tengo muchos recuerdos de helados. Quizás porque en mi casa había pileta y lo mejor, siempre pasaba en verano. Además mi papá tenía un negocio en el centro y al lado estaba la heladería “Iris”, que el dueño se llamaba Tito y siempre me regalaba helados.

Para mí los helados tienen algo de infancia, de festivo. Pero también de compartir, de reunión. Una vez, no sé por qué, fui sola a una heladería. La verdad, mucho no me gustó. No me parece un lugar copado para ir sola.

También me gusta mucho el helado para armar postres. La sensación del helado con algo tibio, me fascina!. Uno de mis postres favoritos es el crumble de banana y arándanos con helado de crema chantilly. El crumble también puede ser de pera o manzana, depende la estación del año. También me gusta mucho con un brownie tibio o un volcán de chocolate.

Para tomar sólo helado, prefiero los de Persicco. Aunque Freddo está muy bien, Volta es genial, pero ahora no tengo ninguno cerca.

Me gustan los sabores bien intensos, súper engordantes, cuánto más dulces y con más cosas, mucho  mejor. Los de agua me gustan un día si hace mucho calor, no más.

La combinación, sea de donde sea, siempre es dulce de leche, chocolate, vainilla y algún otro, si es que compramos ½ kilo. Mi favorito, el chocolate goldoni, con avellanas y cereales bañados en chocolate.

Me encanta que lleguen estas nochecitas, donde un buen helado es la combinación perfecta para una buena compañía. Un amigo, tu pareja, un amante, una peli, una serie.

Que no lo vea Cormillot!

Este fin de semana nos invitaron a comer un asado unos amigos muy amorosos. La noche estaba espectacular para estar en la terraza, entre charlas, tragos, y por supuesto cosas ricas. Yo me encargué de las guarniciones y del postre. A pedido de la dueña de casa, hice la torta brownie. No me pude negar ya que mi amiga está embarazada y tenía que cumplir con su antojo!

Este postre es especial para los súper golosos, ya que es puro chocolate,  dulce de leche, crema y merengue. También es ideal para cuando hay muchas personas, ya que una pequeña porción es suficiente, debido a su elevado punto de azúcar.

Esta torta es muy simple de hacer, aunque no lo parezca. Sólo basta tener una buena receta de brownie, y saber hacer un merengue italiano.

Los ingredientes que necesitás son:

125 grs de chocolate semiamargo

90 grs de manteca

2 huevos

175 grs de azúcar

Una pizca de sal

Unas gotas de esencia de vainilla

100 grs de harina

350 grs de dulce de leche

200 cc de crema de leche

2 cuch de azúcar extra

3 claras

200 grs de azúcar

70 cc de agua

Derretir a baño maría o en microondas (con mucho cuidado porque se quema fácilmente) el chocolate junto a la manteca. Dejar entibiar. Por otro lado batir los huevos con el azúcar, incorporando la sal y la esencia. Agregarle la preparación del chocolate y por último el harina tamizada. Mezclar. Colocar en un molde de 26 cm con papel manteca. Llevar a horno precalentado de 180° por 10-12 min. Y listo!. Para hacer los brownies tradicionales, cuadraditos, se hace el doble de esta receta y lleva a una placa de 30 por 40 cm y se cocina por espacio de 15-18 min.

Cuando ya tenés el disco de brownie listo, distribuís el dulce de leche por encima, le agregás la crema batida a medio punto junto con el azúcar. Por último le colocás el merengue, con marga o simplemente con una cuchara. Para hacer el merengue italiano, batís las claras y mientras tanto hacés un almíbar con el agua y el azúcar. Cuando está a 118° se lo agregás en forma de hilo a las claras y seguís batiendo hasta que tome temperatura ambiente.

Espero que se animen a hacerla y la prueben porque es exquisita!. Los gustos hay que dárselo en vida!

Acá no mandan fruta

Para aquellos que nos gusta cocinar, es imprescindible la calidad de los ingredientes. Sobretodo los frescos. Carnes, pescados, pollo, frutas, verduras, huevos. Hace muchísimo tiempo que dejé de comprar todo esto en el supermercado. Por ahí si estás apurado ½ kilo de cuadrada para hacer unas milanesas, zafa. Pero no más. El pollo es cualquier cosa menos pollo!, las frutas y las verduras, además de ser caras, son horribles! Descuidadas, insípidas. Sí, una vez podés comprar 2 limones, no más.

Vale la pena caminar un poco más y elegir el lugar donde comprar la carne, un buen pollo de campo (que sale más, pero es pollo de verdad), hacerse amigo del pescadero. Yo todo esto lo compro en el Mercado del Progreso, aunque a veces el pescado lo compro en una pescadería que me queda más de pasada y está buenísima! (Rías Bajas)(se puso contento cuando le dije que aparecía recomendado en la guía de Narda). Para comer mejor, hay que elegir y aprender a comprar.

La fruta, la verdura y los huevos elijo comprarlos en lo de Antonio. La verdulería en realidad se llama “La flor de Caballito”, pero “Lo de Antonio” es para los clientes, como yo.

Obvio que son peruanos (digo obvio porque muchas de las mejores frutas y verduras la venden nuestros hermanos latinoamericanos). Antes de ir a una verdulería que no conocés,  comprale a la señora boliviana que está en la calle que  nunca te falla.  

Esta gran verdulería está a una cuadra de mi casa (aunque tengo una a 3 metros que nunca voy). Soy cliente hace como 3 años y si compro algo en otro lugar, no sólo me siento culpable, sino que jamás se compara con lo comprado acá.

La calidad de todos sus productos es excelente! Antonio es el verdulero (el resto atienden en una verdulería), te ayuda a elegir lo que está mejor, te cuenta lo que trae y tiene DE TODO. Elije cuidadosamente toda la fruta y la verdura para darte lo mejor. Sobretodo a los que nos ganamos ese privilegio de ser clientes, y que siempre nos llevamos un plus (perejil, apio, verdeo, puerro de regalo)

Más allá de las cosas básicas (siempre en perfecto estado), cada vez que voy pruebo algo nuevo. Ayer por ejemplo, tenía muchas cosas nuevas que todavía no había probado. Compré chirimoya (que es una fruta con una mezcla de pera y ananá, dulce y suave), ajínomoto (muchas controversias!), pak choy (vegetal oriental que sería una mezcla de nuestra acelga y nuestra lechuga, y se come crudo o cocido), plátano (el que hay que cocinarlo para poder comerlo). Además tenía guayabas, maracuyá (que ya cansa), kiwis, melón, unas frutillas increíbles (que sólo compré 1 kilo porque no llego a comerlas). También compré arándanos (son de corta temporada y los puedo freezar), y muchos espárragos, porque su estación también es cortita. ¡Hay que comprar verduras y frutas que estén en temporada! 

Hierbas frescas, las que quieras, si justo no tiene, “te la traigo para mañana”, y te la trae.

Habas, hongos, arvejas, huevos. De todo muy muy rico!.

La relación precio-calidad es más que buena. Apuesto a comprar en lugares como éstos, en donde ves que se preocupan por la calidad de los productos, y además, te cobran un precio razonable. Porque es cierto, hay verdulerías-fruterías “boutique” o súper “premium”, pero son carísimas, y la verdad no es para las personas como yo, o las señoras que quieren buenos productos para llevar a su mesa,  que vamos mucho a la verdulería y compramos un montón de cosas.

Todos tenemos un “Antonio” cerca de casa, es cuestión de descubrirlo y  serle fiel como ellos lo son a nosotros.

Con lo que encuentres en casa

A veces, las comidas más ricas surgen cuando improvisás. Cuando en la heladera o alacena hay muy poco y hay que usar la imaginación para hacer algo rico. O a veces sólo tenés un poquito de cada cosa, una pechuga de pollo, 3 fetas de jamón, una berenjena y así. Para mí salvadoras son las tartas o las pastas. Con la masa de base, o pasta seca que siempre tenemos, podemos crear platos maravillosos. Sólo hay que animarse y probar, para descubrir así que no sólo existen los fideos con tuco.

Así aparecen recetas como éstas, que la guardé porque me gustó mucho. Es una quiche que la hice combinando algunas cosas que tenía en mi cocina.

Sobre una masa de tarta (si es casera, mucho mejor! se hace casi solita en la multiprocesadora!) puse cebollas caramelizadas, berenjenas y ajíes asados (que lo podés tener hecho con anterioridad y guardado en la heladera), ricotta,  un poco de espinaca (de la de freezer), unas almendras fileteadas y un poco de queso roquefort roto con la mano. La llevas al horno hasta que la masa esté doradita y el queso comience a derretirse. Ya está! Así de rápido. Y no deja de ser una tarta de verduras. Está bueno para ir incluyendo cada vez más ingredientes a nuestra dieta y a la de los chicos.

Sólo se trata de empezar a descubrir que combinación de ingredientes te gusta más y animarse a crear.

Bien de acá

No soy demasiado fan de las empanadas. Debe ser que han quedado un poco desprestigiadas por los deliverys (que no me simpatizan para nada). Pero ponerse a hacer empanadas es algo muy lindo. Hago de varios sabores, pero las que nunca faltan son las clásicas empanadas de carne. Debe haber tantas recetas como personas las preparan. Todos tenemos nuestros secretos y tips para que queden increíbles.

Hoy se me ocurrió hacerlas con carne cortada a cuchillo. Bah, en realidad es lo tenía en mi casa. Por una cuestión de tiempo, la masa es de la comprada. Aunque es tan rica la masa casera!. Para una docena de empanadas utilicé:

Carne cortada a cuchillo 500 grs

Cebollas 2 medianas

Ají rojo ½

Aceitunas verdes y negras 15 unidades (o las que quieran!)

Huevos duros 2 o 3

Sal Marina

Pimienta Negra

Ají molido una pizca

Hierbas frescas (tengo plantadas tomillo y orégano)

Cúrcuma ½ cucharadita

Saltear las cebollas con el ají en aceite de oliva. Agregar la carne hasta que cambie de color. Agregar los huevos picados, las aceitunas, y todos los condimentos. Dejar enfriar en la heladera. Esto, además de facilitar el armado,  hace que queden bien jugosas.

Armar y cocinar hasta que estén doradas.

Para acompañar estas empanadas elegí un rico cabernet salteño, Elementos. Un rico vino que cuesta alrededor de $20.

Háganlas, son fáciles.

Lo que uno cocina con amor, jamás se asemeja a lo que pedís por teléfono.

Música que inspira

Es harto conocido asociar la música con momentos. Lo que escucho en general es bastante variado, y puedo decir que me gusta casi toda la música. Estos son mis elegidos al momento de cocinar, de acuerdo a mi estado de ánimo y lo que esté preparando. Cuando espero un braseado, me gusta Miles Davis. Cuando estoy haciendo un trabajo más delicado, como decorar una torta, prefiero Juana Molina o Cat Power. Para amasar pan o pizza, me gusta algo un poco más power como Pearl Jam. Y cuando estoy indecisa, The Beatles; siempre son los mejores bienvenidos.

Miles Davis

The Beatles

Air

Pearl Jam

Fiona Apple
Novalima

Moby

Architecture in Helsinski

Juana Molina

Beck

Buena Vista Social Club

Hot Chip

Lila Downs

Wilco

Regina Spektor
DJ Dolores

Ella Fitzgerald

Bjork

Y vos que escuchás?