Últimamente estuve observando ciertas tendencias en lo que se refiere a la cocina y a la comida en general.
Me parece genial que la gente aprenda a comer, que elija sus productos, pero estaría bueno que lo haga con conciencia y convicción y no por moda. Quizás sea demasiado pretencioso de mi parte, pero me resulta alentador pensar que mucha gente es muy genuina al respecto.
Un ejemplo es el de usar changuitos retro para ir al súper. Yo los uso, pero porque me cansé de esperar el pedido a domicilio que te clava todo el sábado encerrada en tu casa. Y me lo compré en una ferretería, mucho antes de que se impusieran, al doble del precio, claro está, en Palermo. Ahora somos todos ecologistas, rescatamos nuestras raíces autóctonas, pagando ridiculeces por un guiso de lentejas.
Que la gente coma quínoa y amaranto está muy bien, pero que se quieran hacer los chic o los vanguardistas porque lo consumen es demasiado para mí!. ¡La quinoa y al amaranto crecen desde siempre en suelos latinoamericanos! Y Europa los conoció cuando Colón empezó a “exportarlos”.
Lo que me indigna es que se haga porque es la tendencia, y no porque realmente se persiga un cambio, incluso un cambio de paradigma en lo que respecta a la alimentación. Y eso, a la larga, no creo que sea positivo, porque no crea aprendizajes, porque cuando la moda sea otra, todo se esfuma, porque no existe un real fundamento sobre la elección. Es superficial, es snob, es inconsistente.
La comida y la cocina están muy de moda, es cierto, y creo que este factor contribuyó en muchos aspectos, pero en otros, se cometen atrocidades en nombre de lo orgánico y lo casero.
Perdón, pero es que me exaspera que cualquiera que no sabe que hacer con su vida, abra un “almacén de alimentos” (por dios!) y lucre con la ignorancia de quien se sienta esperando platos novedosos, creativos, y se encuentra con… una chocotorta???
Ya no se pueden leer ni críticas, porque se endiosa a tal a cual lugar y es sólo por moda! Porque van los cantantes, los actores, los famosos!
Quiero decisiones por elección, y no porque nadie me diga que tengo que comer, y dónde.
Me encantaría que todo lo que nos aporta el avance de las comunicaciones, sea utilizado por nosotros en el sentido más positivo para nuestras vidas. Que sepamos adueñarnos se esos aportes, hacerlos nuestros, que dejen huella. Porque lo superficial crea sólo consumo, y se crea el consumo del consumo y así indefinidamente, gastando recursos, y no produciendo nada nuevo.
Como quiero comida real, quiero gente real.
Trato de no fastidiarme demasiado para poder disfrutar mi cake de bananas y pistachos al cardamomo que hice el finde y mi té favorito de Twinings, lady grey.
Ahora me voy a cursar. Bye!
