Si hay un lugar que adoro, son las panaderías. Entrar y sentir ese olorcito a pan recién horneado, me fascina. Ni hablar cuando tenemos la suerte de encontrar una que aún conserve el horno a leña. Sabía que L’épi era una de ellas.
Esta panadería, cuyos dueños son unos franceses muy famosos, queda, al menos para mí, un poco a trasmano, es por eso que no la visité antes.
El sábado estuvo nublado, lluvioso, y tuve la excusa perfecta para ir a comprar estas delicias. El viaje valió la pena apenas probé su pain au chocolat. Equilibrado, perfecto, ni dulce ni salado, espectacular!. Soy capaz de comerme una docena sin dudar!
Además traje algunas otras cositas y me quedé con ganas de más. Compré croissant, madelains, un budín de algarroba (exquisito!, un sabor diferente), unos pancitos de manteca, unas láminas con parmesano, y otros pancitos más. Muy rico todo.
Además tienen un sector donde venden delicatessen, como aceite de oliva, mermeladas caseras, etc.
Para suerte de muchos, me incluyo, claro, hace poco L’épi abrió una sucursal en el centro, lo que hará que pueda disfrutar más asiduamente de su excelente panificación.
Les recomiendo este precioso lugar con aire de otros lares pero bien cerquita.
L’épi queda en Rosseti 1769 (Villa Ortúzar) y Montevideo 1567 (Recoleta). Los lunes ambas sucursales están cerradas.-