Este invierno redescubrí el placer de tomar una buena sopa como cena. Dirán que con una sopa no se llenan, que la noche quieren comer “comida”. Bueno, esta sopa te deja absolutamente satisfecho y es, además de deliciosa, súper nutritiva.
Lo que te doy es una base, después podés hacerla como quieras, con los ingredientes que más te gusten y simplemente, con lo que tengas en la heladera. Es una versión de una sopa que hizo Juliana López May en una clase de cocina que tomé con ella hace un tiempo.
En una olla con un poco de oliva, salteás cebolla, bastante zanahoria, apio y puerro. Cuando tome un poquito de color le agregás sal, pimienta y agua fría, un litro aproximadamente. (fundamental que el agua esté fría porque de esta manera todo el sabor de los vegetales queda en el agua). Mientras vas cortando calabaza y zapallo en cubos no muy grandes. Cuando el caldo ya hirvió un rato, le agregás los zapallos y cocinás hasta que esté bien blandito. Agregás leche de coco, curry y rectificás el condimento. El la misma olla la mixeas y al final le agregas un chorrito de crema. Terminás con ciboulette o perejil. Obviamente podés obviar la leche de coco y ponerle leche o sólo crema, pero agregala casi al final porque con el mixer se te puede llegar a cortar.
Con esta base podés hacer la sopa que prefieras; con papas, puerro y champignones, con choclo, con espinaca, infinidad de variantes.
Y si a esta sopa le agregás una buena tostada de pan con un poco de oliva y trozo de un buen queso, una copa de vino tinto, tenés una cena magnífica.
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